sábado, 27 de marzo de 2010

Basta de la Impunidad de ayer y hoy: a 34 años del Golpe Genocida

Este 24 de marzo volvemos a las calles en todas las ciudades del país en otro aniversario del golpe de Estado. Un nuevo aniversario que reclama terminar con la impunidad de los crímenes de la dictadura de Videla y Martínez de Hoz que destruyó una generación entera de luchadores que cuestionaba el sistema capitalista.

Nos movilizamos para decir que los imperialistas, como Hillary Clinton que aplaude a los Kirchner por el pago de la deuda externa y se acaba de entrevistar con la presidenta, estuvieron entre los principales fogoneros del golpe. Como también lo hicieron en Chile preparando a las fuerzas armadas pinochetistas que hoy patrullan las calles de los pueblos pobres devastados por el terremoto y la miseria. Los mismos imperialistas que hoy vuelven a apoyar el golpe en Honduras o aprovechan la catástrofe en Haití para militarizar y poner bajo su bota a ese oprimido país hermano.

La oposición patronal que hoy se viste de “republicana” y le dio cientos de intendentes a la dictadura, apoyó bajo el gobierno de la UCR de Alfonsín las leyes de impunidad para sus crímenes. Y aunque fueron anuladas bajo el gobierno de los Kirchner, gracias a la constancia de años de lucha, solo un puñado de 64 represores han sido condenados cuando existían más de 500 centros clandestinos de detención. Julio López está por segunda vez desaparecido y no hay un solo imputado. Las fuerzas policiales, con 4000 agentes en funciones en la Bonaerense que vienen de la dictadura, asesinaron a más de 2500 jóvenes por "gatillo fácil" y junto a la gendarmería siguen reprimiendo, como volvimos a ver en Kraft o en la rebelión contra las mineras en Andalgalá.

La provincia de La Pampa, no sólo tiene en sus filas cientos de detenido y desaparecidos por los militares, sino también desde la salida de la dictadura hasta nuestros días, está gobernada por el PJ, partido que junto a la UCR, fueron quienes más intendentes aportaron al proceso dictatorial. Y a pesar de que se jacten de ser un partido que defiende los derechos humanos, entre sus filas hay decenas de sospechados de haber participado del terrorismo de Estado. Basta nombrar a Aragonés, quien fuera el presidente del PJ provincial y sospechado de ser un entregador civil, para comprobar que la política de entrega a los grandes capitales que se inició con los militares, aún sigue viva en los gobiernos como el de Jorge.

La Universidad Nacional de La Pampa, que tendría que ser el reducto desde donde se analizara y debatieran todas estas cuestiones sobre el terrorismo de estado, tampoco es ajena a la realidad de la impunidad que reinó a la salida de la dictadura. No sólo ninguna de las gestiones del gobierno universitario dijo una sola palabra sobre las políticas de ajuste económico que sufrimos en todas las facultades, políticas económicas heredadas de la dictadura, sino que además aún existen docentes como María Antonieta Guiñazú Mariani, que no sólo reivindican el terrorismo de Estado, sino que además militan por el mismo destruyendo carteles de los desaparecidos y amenazando a los militantes sociales que nos manifestamos en contra de la impunidad de ayer y de hoy. Hacemos responsable a la actual gestión del gobierno universitario, de que estos nefastos personajes aún sigan en funciones y educando en la universidad pública

Por eso decimos:

  • Cárcel común a todos los implicados, tanto civiles como militares, del genocidio.
  • Restitución de la identidad de los jóvenes apropiados durante el proceso
  • Aparición con vida de Julio López, Luciano Arruga, desaparecidos en democracia
  • Basta de la criminalización de las luchas
  • Basta de gatillo fácil
  • Apertura de los archivos de la dictadura
  • Ningún funcionario de la dictadura en la Universidad
  • Basta de inflación, despidos y patotas
  • Aumento de salario
  • No al pago de la ilegitima deuda externa
  • Fuera el imperialismo de America Latina.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena denuncia compañeros. Es un orgullo ver como avanzamos en la pampa. Un abrazo, J de Letras de la UBA